Título
Poema VIII
Para poder abarcarte, no tengo palabras,
ni voz, ni tiempo.
Solo mis ojos te abarcan.
Te veo temblar a mis pies y pienso.
Te abrazo y no puedo abarcarte.
Los pasos blandos son invisibles, en la noche,
al filo de la cama.
Te palpo y te aferras a mí.
Fe ciega en la oscuridad, junto al abismo.
Tu sueño es el mío y te sueño perdido.
Regreso de día y no tengo palabras,
ni voz, ni tiempo.
Te respiro y ya soy mayor.
No puedo abarcarte con mi voluntad.
Te sueño y siempre pareces soñar.
Eva Mercader – Poema VIII
¡Qué bonito poema Eva!!! Y que cuqui el perrete, yo tengo una igual son increíblemente cariñosos, ¿verdad? Besitos,
¡Gracias, Irene! Son cariñosos y juguetones a más no poder. ¡La alegría de la huerta! No puedes enfadarte con ellos…
¡Muchos besos, guapísima!
Me encanta, me encanta tu poema, Eva. Y la foto de Byron… ¡¡¡qué cosiiiiita!!!
Un beso enorme a los dos
Muchísimas gracias, Chari! Cómo se nota que las dos compartimos el sentimiento. Todo es poco para ellos.
Un abrazo fuerte, guapa.
Me parece escuchar a Byron decirte: “Guau guau arff guau arff arff” (Traducido al idioma humano: “Yo también te quiero, ama”
Un abrazo, Evita.
Gracias, Pedro. ¡Tú sí que sabes! Un besazo de mi parte y de parte de tu primer lector perruno, Byron.