La Ciudad Esmeralda existe gracias a vosotros, por eso os la dedico:
A mi marido, mi roca. Te debo una vida feliz.
A mis padres, que me lo han dado todo.
A todos mis familiares que me han cuidado, apoyado y soportado durante este periodo tan largo y difícil.
A mi ahijado, Álex. Mi extraordinario angelito.
A Byron, que no se ha separado de mí ni un momento.
A Mª Luz Alamán Novella, mi candela en el camino.
A ti, que NO sabes que es tu propia luz interior la que hace que los demás parezcan brillar con más fuerza.