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Coleccionar cromos: objetivos a largo plazo
“¿Me lo cambias?”,” Este lo tengo “repe”, “¡Jopeeee!”… es que nunca me sale el que me falta…”, “mamá, dame dinero para cromos…” ¡Si es que te estoy viendo y oyendo decir estas legendarias frases! Igual que yo y todos mis amigos, claro, jejeje.
Coleccionar cromos es uno de los hobbies que yo englobo dentro de la categoría de “niños mayores” (desde los cinco hasta los diez años, aproximadamente), por una sencilla razón: esta no es una actividad que se suela iniciar a edades demasiado tempranas (dos, tres o cuatro años) porque a esas edades las capacidades comunicativas y comprensivas de los peques aún están en fase de desarrollo y no despiertan el mismo interés en ellos que en niños más mayores, cuyas habilidades ya incluyen la lectura y su comprensión, son capaces de distinguir con más precisión las caras y figuras conocidas o no, y además, su manera de entender y respetar la propiedad es mayor. No obstante, los niños que comienzan los primeros cursos de educación infantil (a partir de los tres años) se estimulan, aprenden y se motivan muchísimo clasificando pegatinas por categorías (colores, animales de granja, ropa, comida… por citar algunos ejemplos). Pero la mayoría de ellos necesita, claro está, la ayuda o supervisión de sus maestros, padres o cuidadores. Esto no podría considerarse coleccionar, pero es una buena iniciación.
Cuando yo tenía siete, ocho, nueve o diez años estaba loca por las colecciones de cromos y pegatinas de todo tipo. Es verdad que por aquel entonces la variedad temática estaba más limitada, por no hablar de los marcados estereotipos masculinos o femeninos. Generalmente, todos los chicos coleccionaban el álbum de cromos de la liga de fútbol de esa temporada (Los Panini de toda la vida). Muchas chicas también lo hacían (servidora). Generalmente, las chicas solían inclinarse más por las colecciones de cromos de muñecas, vestidos, series de moda… Así y todo, cada cual coleccionaba lo que más le gustaba o apasionaba, independientemente de los clichés. Creo acertar si digo que hoy sucede lo mismo. Yo apuesto por el entusiasmo y la naturalidad, independientemente de los clichés sociales.
Los “niños mayores” ya están “contaminados” por los roles diferenciados impuestos por el proceso de socialización, pero no lo suficiente como para no atreverse a romper con los estereotipos. A mi hermano y a mí nos encantaba rellenar el álbum de cromos de la liga pero como a mis padres no les salía económico comprar dos álbumes y darnos dinero para todos los cromos, lo que hacíamos mi hermano y yo era compartir el mismo álbum y entre los dos nos encargábamos de las “gestiones” de compra, intercambios y por último, la búsqueda frenética del último cromo que nos faltaba ¡y que nunca salía! Nos sabíamos el nombre de todos los clubes, presidentes, entrenadores, jugadores, posiciones de juego, nacionalidades… Tal vez los datos memorizados no eran muy útiles a nivel académico pero el solo hecho de buscar, organizar, clasificar y aprender todo aquello hacía que desarrollásemos, sin saberlo, destrezas básicas para aplicar técnicas de estudio en el futuro. También me apasionaban los álbumes sobre animales, dibujos animados y sí, lo confieso: ¡yo también he coleccionado el álbum de cromos de la muñeca Chabel, con todos sus modelitos de ensueño! No sufras, creo que apenas me quedaron secuelas, o sea, cosas malas que se te quedan luego para siempre….
Las principales destrezas que adquieren los niños al coleccionar cromos son la paciencia y concentración: aprender a no desesperar porque “no me sale” o “no consigo” un cromo determinado y centrarse en lo que hay y en lo que falta para completar el álbum entero. La constancia es fundamental a la hora de coleccionar, no hay que rendirse y abandonar a la primera de cambio, pues deben aprender que el éxito no cae del cielo. Hay un camino de constancia y frustración que el niño debe asumir para formarse como individuo en sociedad y lograr objetivos a largo plazo. Además, el hecho de que otros niños coleccionen el mismo álbum va a conseguir que el niño adquiera habilidades sociales tales como, la comunicación (enseñar a otros su trabajo), los procesos de petición, intercambio, llegar a un acuerdo o trato (intercambiar cromos repetidos, obtener un cromo valioso por varios que valen menos…). Para rematar, hay una facultad esencial que se puede obtener con este entretenido juego y que pasa casi completamente inadvertida para la chiquillada: ganar conocimientos prácticos y culturales: agilizan la capacidad lectora y aprenden datos interesantes sobre animales, plantas, minerales, países…
Hoy en día, cómo no, existe otra manera de coleccionar cromos: la virtual, a través de las nuevas tecnologías. Existen webs donde se reúnen coleccionistas de todo tipo y completan álbumes virtuales con cromos virtuales. El método es un poco diferente al tradicional, pues hay que contestar preguntas, superar niveles, obtener moneda virtual para conseguir los cromos que te faltan… En fin, nada que ver con mi propuesta. Yo apuesto por lo material, lo palpable, aquello que hiciste de
niño y que puede trasportarte a un tiempo más sencillo, brillante y con olor a cartulina
¿Cómo le digo yo al quiosquero que quiero un álbum y cromos?
Ai mare! (que dicen en mi tierra). Soy plenamente consciente de que ese es un gran hándicap para la mayoría. El tabú y la vergüenza de estar realizando una actividad que consideráis infantil. Para los más atrevidos es muy fácil: van al quiosco, le preguntan al quiosquero por todas las colecciones que tiene y eligen la que más les apetezca. Después, no tienen más que comprar allí regularmente los sobres con los cromos. Sí pero, ¿qué hago si me da palo hacer eso? Primero, animarte a que te unas al club de los SIN-VERGÜENZAS. Pero mientras tanto, y como plan B, aquí va mi…
Es importante que te guste el tema, pero creo que más importante es el mero hecho de comenzar a completar tu álbum con la meta de terminarlo. Aquí te ofrezco una pequeña lista con las colecciones más accesibles (2015-2016): La liga de fútbol, animales, Peppa Pig, Star Wars, InviZimals, Las Tortugas Ninja, Indiana Jones, Violetta, Hello Kitty, Abatons…
Busca, compara y si encuentras una colección mejor, ¡cómprala! Solo son algunas sugerencias. Ya sabes que hay colecciones perpetuas (la liga de fútbol) y otras que van cambiando año tras año, según las modas. Todos los años salen nuevas colecciones o segundas y hasta terceras partes de otras. Hay que estar al día y controlar las colecciones más vanguardistas.
Dentro de cada sobre hay unos pocos cromos pero algunas colecciones funcionan con packs de varios sobres. El precio de los álbumes y de los sobres de cromos oscila dependiendo de su calidad o popularidad pero no es algo inalcanzable; al fin y al cabo, casi todos los padres se lo pueden permitir.
Una vez hayas escogido tu álbum, tengas algunos sobres de cromos y estés tranquilo en tu Fortaleza de la Soledad, es hora de ponerse manos a la obra. ¡No olvides el pegamento! Bueno, creo que algunos cromos son adhesivos pero por si acaso, ten a mano el pegamento. No hace falta que te explique cómo realizar esta actividad porque ya sabes cómo funciona. Así y todo, haré una breve explicación por si tenemos algún novato o desmemoriado en la sala (jeje). Solo tienes que abrir los sobres y pegar los cromos en su lugar correspondiente: cada cromo tiene una numeración o información clave que permite su fácil clasificación dentro del álbum porque es necesaria una correspondencia entre cromo y espacio a rellenar. Compra tantos sobres como quieras pero tómatelo con calma. No es cuestión de acabar la colección en una semana. La gracia está en que esta actividad te lleve un tiempo.
¿Qué hago con los cromos “repe”? ¿Y si me faltan pocos para terminar y nunca me salen?
¡Qué no cunda el pánico! Está todo controlado. No tires los cromos repetidos porque nunca se sabe con quién vas a poder intercambiarlos.
Otra opción es ponerse en contacto con otros coleccionistas como tú a través de las redes sociales y páginas web y realiza allí tus preguntas, intercambios, comentarios… Hay varias páginas que te pueden ayudar. Aquí te dejo algunos links que te conducirán directamente a ellas:
http://www.cambiatuscromos.org/
http://www.paninionline.com/collectibles/institutional/es/es/stickers_swap_confirm.asp
No hay nada más emocionante que estar a punto de completar un álbum de cromos pero sin duda alguna, no hay nada más satisfactorio que completarlo.
Te completo, me completo
Ahora te contaré algo más sobre coleccionar cromos. Sin saberlo has escogido realizar una tarea admirable y útil (o eso espero). En primer lugar, esa sensación de volver a realizar una actividad de nuestra niñez es maravillosa, pues recuperamos esa emoción perdida de empezar algo nuevo y divertido y que nos va a tener ocupados durante algunos meses. El tacto del papel acartonado o suave del álbum que sabemos que acabará deformado de tanto sobarlo, ese suspense momentáneo mientras abrimos el sobre de cromos, la expectativa de conseguir el cromo deseado… En resumen, rescatar a ese niño que fuiste, en ese preciso instante de tu infancia.
En segundo lugar, ya nos hemos fijado una meta a largo plazo y nos comprometemos a completarla. Fijarse una meta a largo plazo no es cualquier cosa: implica asumir la responsabilidad contigo mismo de terminar aquello que empiezas y, además hacer un enorme ejercicio de paciencia para no abandonar a la primera de cambio o si no consigo ciertos cromos. Compromiso y paciencia serían las palabras clave en este punto, pero también es esencial disfrutar de la actividad, sentir interés y centrarse en la información, clasificación y sentido general del álbum.
En tercer lugar, si completar una colección proporciona una sensación tan grata es en parte porque, a base de constancia y esfuerzo, aprendemos a valorar la importancia del trabajo minucioso. A la larga, esto se traduce en un aumento considerable de nuestra capacidad de atención y concentración. Es importante tomarse el tiempo necesario para realizar una actividad que requiere tiempo, pero además, tiempo de plena dedicación, dominio y templanza de nuestros nervios y prisas y control sobre la organización y realización de un trabajo concienzudo y bien hecho. Ese es el mayor premio de todos: confiar en que tenemos la absoluta convicción de que seremos capaces de comprometernos y cumplir con una ardua tarea, sin caer en el desánimo, sin desesperar ante los problemas que nos vayamos encontrando por el camino e ilusionados por alcanzar una meta.
Por último, hay que ser realistas: me siento niño pero soy un adulto. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que también hay que estar preparado para lo peor: “Me he encontrado con obstáculos que no he podido superar realizando esta tarea que empecé con tanta ilusión y, al final, me ha podido el desánimo y he abandonado”. Bien, ¡ni se te ocurra deprimirte! Asumir el fracaso es otra de las lecciones vitales que debes aprender y asumir. Para aprender y sacar provecho del ensayo y error, es necesario algún golpe a tu orgullo. Esto es doloroso o frustrante pero es en la adversidad cuando nos conocemos de verdad y crecemos como personas. Fracasar no es malo, pues forma parte de nuestra naturaleza y nos hace crecer siendo más humildes y comprensivos con los demás.
¡Nadie es perfecto! Vamos a saber reconocer nuestras flaquezas para que nos esforcemos más en el futuro. Si eres capaz de superarlo, no solo fortalecerás tu carácter, sino también tu autoestima.
Hola Eva,
Primero de todo, me has hecho recordar mi etapa infantil, donde todas las modas que salían de colección me aficionaba, que se llevaban los tazos allí iba yo, cromos de dragon ball mía también… y así como todo niñ@.
El hecho de vincular algo tan sencillo a simple vista, a lo que realmente nos reporta la misma actividad en sí, me ha hecho hasta sonreír. Con qué clase de juegos engañosos hemos crecido, jajaja
Lo comparto porque merece ser leído, y volver a formar parte de ese maravilloso mundo, que siendo adultos muchas veces olvidamos.
Un abrazo.
Hola Irene! Encantada de verte por la Ciudad, bienvenida. Me siento realmente halagada por tus palabras. Mi objetivo se cumplió contigo, jejejejeje. Esos juegos y recuerdos no nos abandonan y, el hecho de mirarlos con cariño, lo demuestra.

Muchas gracias por compartirlo, eres muy generosa.
Por cierto, si te apetece recuperar alguno de estos juegos o actividades, ya sabes dónde encontrarme. Besos, guapa.
Veo que aquí ha habido fanátic@s de cromos!! más que de verles jugar a deportistas, a los coleccionistas engancha más obtener esos cromos para rellenar esa hoja y tenerla completa, jeje
Muy buen artículo, me ha encantado cómo lo has redactado/contado y compartido.
Aquí en Bizkaia, en un pueblo (Galdakano) tienen sus equipos de baloncesto, albumes de cromos también, ¡me ha recordado a eso también! http://cbibaizabal.com/?p=3884
Y luego ya curioseando en Intenernet, he topado con que hay un coleccionista de cromos desde hace 50 años, jeje ¡eso sí que es no salirse de la línea!
http://m.deia.es/2015/05/06/bizkaia/margen-izquierda-encartaciones/el-maquinista-de-tren-que-colecciona-cromos
Por cierto, está genial que se rompan los clichés, sí, haces bien, desde pequeños y hasta más adultos así una no se nota nada arrastrada manteniendo su posición en lo que más buenamente pueda!
saludos!
Hola Josune! Qué alegría volver a leerte por aquí!
Pues efectivamente, esto de coleccionar cromos nos enganchó a más de uno y a más de dos jejejejejeje. He tomado nota de los enlaces y ahora los miraré. Lo del señor que lleva 50 años coleccionando, debe de tener más paciencia que un santo!
Muchas gracias por tus amables palabras, Josune. Me encanta tenerte por aquí y me encantan tus anécdotas.
Un besazo para el Norte, niña, nos leemos por aquí!
Hola, Eva.



Increíble la de habilidades y capacidades que iba adoptando de peque sin saberlo cuando me daba por coleccionar cromos. Si hubiese sabido que aquello tan divertido encerraba “enseñanzas ocultas” seguro que no habría iniciado ninguna de las colecciones que inicié y que, honestamente, no recuerdo si llegué a completar alguna vez.
Mientras te leía se iba dibujando en mí una leve sonrisa movida por la nostalgia, rememorando aquellos días de encuentros en el parque que había delante de mi casa y en la hora del recreo en el cole, intercambiando cromos con los amigos y aprendiendo a “negociar”.
Entretenido y nostálgico tu post de hoy, Eva. Un beso, Alcaldesa y Fallera Mayor.
Hola, Pedro.
Efectivamente, la mayoría de actividades que realizábamos de niños tenían un componente educativo que fomentaba algunas de las habilidades sociales más importantes que nos ayudarían a sobrevivir en esta gran jungla a la que llamamos sociedad o mundo de los mayores. Es muy divertido analizarlo. Hasta la actividad más sencilla como colorear o jugar con Lego forman nuestras cabecitas con habilidades “invisibles”, beneficiosas para el desarrollo.
Por otro lado, yo también disfruté mucho escribiendo este artículo. Me entró la nostalgia también recordando a mis amigos del cole con los cromos de la liga de fútbol y a mis amigas cambiándonos los cromos de la muneca Chabel y sus “modelitos”. Los cromos salían en unos chicles de nombre homónimo y creo que en mi vida he mascado tantos. El gancho era que si finalizabas la colección, te regalaban la muñeca. La trampa era que había un cromo que nunca salía. Desde luego yo nunca lo llegué a ver. Me quedé a un cromo de la muñeca de moda.
Gracias, Pedro por el comentario y tus amables palabras. Besos